El lupus es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico, encargado de defendernos de virus y bacterias, se “confunde” y comienza a atacar tejidos sanos del propio cuerpo. Esto puede afectar la piel, las articulaciones, la sangre y órganos vitales como los riñones, el corazón o los pulmones. Por la complejidad de la enfermedad, una de las preguntas más frecuentes entre los pacientes es: ¿el lupus se cura?
Actualmente, el lupus no tiene una cura definitiva. Sin embargo, gracias a los avances de la medicina, contamos con tratamientos que permiten controlar la inflamación, reducir los brotes y prevenir el daño a órganos. Medicamentos como los antimaláricos, inmunosupresores, corticoides y, en casos seleccionados, las terapias biológicas, han transformado el pronóstico de esta enfermedad.
El objetivo del tratamiento no es “borrar” el lupus, sino lograr que las persona tenga la mejor actividad de la enfermedad, buena calidad de vida y la capacidad de realizar sus actividades cotidianas. En otras palabras: aunque el lupus no se cura, sí se puede controlar de manera efectiva.
Remisión: vivir sin síntomas activos
Un concepto clave es la remisión, que significa que el paciente no presenta síntomas importantes ni evidencia de inflamación activa en los estudios. Muchas personas con lupus, con un tratamiento adecuado y seguimiento regular, logran períodos prolongados de remisión. En esos momentos, la enfermedad puede parecer ¨dormida¨, aunque siempre se requiere vigilancia médica, ya que puede reactivarse.
Alcanzar y mantener la remisión es uno de los principales objetivos del tratamiento actualizado del lupus. Esto es posible gracias al trabajo entre paciente y médico: cumplimiento en la medicación, consultas periódicas y hábitos de vida saludables.
El papel del paciente
El control del lupus no depende solo de los fármacos. Existen medidas que ayudan a prevenir brotes y complicaciones:
- Manejo del estrés
- Evitar la exposición excesiva al sol.
- No fumar.
- Dormir y descansar adecuadamente.
- Mantener una alimentación equilibrada y actividad física adaptada.
- Acudir puntualmente a las citas médicas y exámenes de seguimiento.
El lupus no se cura, pero sí se controla. Con el acompañamiento médico adecuado, acceso a tratamientos modernos y un estilo de vida saludable, muchas personas con lupus pueden vivir plenamente, estudiar, trabajar, formar familias y realizar sus proyectos de vida. El lupus no define a la persona que lo padece.

