Con un estilo de vida a veces es ajetreado, comida poco sana y falta de ejercicios de fuerza, tarde o temprano, muchos de nosotros escuchamos hablar de la osteoartrosis. También conocida como artrosis, esta condición es la forma más común de artritis, la cual es parte del proceso natural de envejecimiento de nuestras articulaciones. Así, como las canas o las arrugas, el desgaste en las coyunturas nos va a llegar a casi todos, de una forma u otra, con el paso de los años.
Imagínate que tus articulaciones, esas uniones óseas que nos permiten movernos, tienen un “colchón” protector llamado cartílago. Este cartílago es como la goma de los tenis, que amortigua el golpe y permite que los huesos se deslicen suavemente. Con el tiempo y el uso, ese “colchón” se va desgastando, se pone más fino, y los huesos empiezan a rozar y … empieza el dolor, la rigidez y las limitaciones.
Aunque el paso del tiempo es la causa principal, no es la única. Hay otros factores que pueden acelerar este desgaste como:
- Sobrepeso: Las rodillas y caderas sufren con cada libra extra.
- Lesiones previas: Un golpe antiguo puede dejar secuelas.
- Actividad repetitiva: Algunos trabajos o deportes sobrecargan las articulaciones.
- Genética: Si tus padres o abuelos la padecieron, podrías estar predispuesto.
Señales de alerta en nuestro cuerpo. La artrosis no aparece de golpe. Sus síntomas avanzan poco a poco: Dolor al moverse o después de estar mucho tiempo parado, rigidez (sobre todo al levantarse de un asiento), crujidos al mover las articulaciones, dificultad para realizar movimientos habituales.
La mejor medicina y prevención es el movimiento, puede parecer contradictorio, pero el movimiento es una de las mejores decisiones. No hablo de ejercicios intensos, sino de actividades suaves y regulares como: caminatas ligeras, natación, bicicleta o estiramientos. También ayuda el fortalecimiento de los músculos, mejorar la flexibilidad y bajar de peso.
Consulta siempre con tu médico o fisioterapeuta para saber qué tipo de actividad es mejor para ti. La osteoartrosis es común, pero no significa resignarse al dolor. Con hábitos adecuados, podemos mantener nuestras articulaciones activas, fuertes y con menos molestias.
No esperemos a que el dolor nos paralice. ¡Empecemos hoy a movernos, a cuidar nuestras articulaciones!
